Jubaea chilensis (Mal.) Baill.


Arecaceae (Palmae)

La familia Arecaceae  es un gran grupo que reúne cerca de 3400 especies arbóreas distribuidas por la región ecuatorial, tropical y subtropical del Globo, donde constituyen un elemento muy característico del paisaje. Las principales regiones que han actuado como centros de diferenciación son la costa ecuatorial de África, la región indomalaya, las islas de la Sonda, Oceanía, la costa de Brasil, la Amazonía y las Antillas. Los caracteres de las palmeras son muy típicos, poseen un tallo largo (de hasta 80 metros en Cocos) sin ramificaciones o, raramente, dicotómico (Hyphaene) y de diámetro constante desde la base hasta la parte más alta, en el ápice, en una roseta, crecen las hojas, muy grandes, coriáceas, perennes, palmeadas o pinnadas, hasta de 1 metro de largo. El tallo puede ser muy delgado y, en tal caso, es rastrero (Calamus), o puede ser cortísimo como en las especies sésiles (Phoenix acaulis). Otra particularidad de la familia es que el tallo alcanza su diámetro definitivo antes de iniciar el crecimiento vertical; las palmeras, por tanto, carecen de crecimiento secundario. Fue en el Cretácico cuando la familia tuvo su máxima difusión y diferenciación, dejando numerosos restos fósiles de troncos y hojas. Las inflorescencias son espádices protegidas por brácteas alargadas (espatas) de gran tamaño o por vainas foliares que se abren durante la antesis. Las flores, normalmente unisexuales, derivan por aborto a hermafroditas; en las especies monoicas las flores masculinas se sitúan en el ápice de la inflorescencia y las femeninas en la base; la protandria garantiza la fecundación cruzada. Las flores son pentacíclicas trímeras. El perigonio está formado por 2 verticilos de 3 tépalos cada uno, generalmente membranosos; el androceo, en las flores masculinas, consta de 2 verticilos con 3 estambres cada uno, aunque algún taxon destaca por tener entre 3-9 estambres más; las flores femeninas tienen un ovario súpero con 1-3 lóculos, formado por 3 carpelos libres o soldados, cada uno con un solo óvulo. 

La fórmula floral más representativa de la estructura floral de la familia es:

P 3+3, A 3+3 G 3

El fruto puede ser una baya (Phoenix) o una drupa (Cocos). Normalmente sólo un lóculo continúa el desarrollo, mientras el resto se reduce, así el fruto contiene un única semilla. La polinización es fundamentalmente anemógama y, por eso, produce una gran cantidad de polen. Algunas especies son entomógamas, en las cuales la espata produce un perfume que atrae a los polinizadores. Se distinguen especies monocárpicas, con las inflorescencias en posición terminal en el eje, que viven unos cuantos años sin reproducirse y que mueren súbitamente después de la floración (Corypha), y especies policárpicas, con inflorescencias axilares capaces de florecer múltiples veces. La familia está tradicionalmente dividida en varias subfamilias: a) Phytelephasieae, flores sin perianto, un número elevado de estambres, ovario multilocular (4-9 lóculos), e infrutescencias (Phytelephas); b) Coryphoideae, con caracteres florales típicos de la familia, carpelos libres, bayas, hojas pinnadas o en abanico (Phoenix, Chamaerops, Trachicarpus, Livistona, Sabal, Washingtonia; c) Borassoideae, con hojas en abanico, perianto típico de la familia, ovario sincárpico (ejemplo, los géneros Hyphaene, Borassus, Lodoicea); d) Lepidocaryoideae, con ovario sincárpico y frutos cubiertos de escamas imbricadas (Raphia, Metroxylon, Calamus); e) Ceroxyloideae, con ovario sincárpico y hojas pinnadas (Arenga, Ceroxylon, Areca, Cocos); f) Nipoideae, flores masculinas con 3 estambres connatos y ovario unilocular (Nipa).

Las Arecaceae comprenden plantas muy importantes para la economía humana. En particular el cocotero (Cocos nucifera), distribuido a lo largo de la costa ecuatorial del Viejo Mundo, del que se obtienen multitud de sustancias alimenticias; de la drupa, el coco, con la cavidad del endocarpo ocupada por un grueso albumen y de un líquido denominado leche, se obtiene grasa, aceite y leche de coco. Las yemas antes eran utilizadas como verdura, y del tronco se extrae madera. Muy importante es también el Phoenix dactylifera, la palmera datilífera, sobre todo para la economía de los países magrebíes, que producen gran cantidad de frutos (bayas). Muchas especies están siendo utilizadas para la producción de fibras vegetales (Sabal, Chamaerops, Trachicarpus, Borassus, etc.), y otras, con endosperma córneo, para la producción del marfil vegetal (Phytelephas macrocarpa), muy utilizado en la confección de botones. Muchísimas palmeras son plantadas en nuestra región, pues el clima es muy adecuado, en parques, jardines, plazas y calles. Entre las más utilizadas para este fin son Phoenix canariensis, P. dactylifera, Washingtonia filifera, W. robusta, Syagrus romanzoffiana, Trachycarpus fortunei, etc.

De forma autóctona en Italia y en la Península Ibérica sólo está presente el palmito, Chamaerops humilis, especie sin grandes dimensiones, frecuente a lo largo de la costa del sur y de las islas mayores, participando en la maquia termoxerófila del Oleo-Ceratonion.

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